domingo, 14 de diciembre de 2008

No tan "desaparecido"



En realidad El Angón F.S. no ha desaparecido. Ni desaparecerá nunca. Podremos dejar de jugar al futbol sala, pero no se pueden olvidar los momentos que pasamos juntos en el equipo. Y mientras se mantengan los recuerdos el Angón F.S. permanecerá vivo.

Y en la cena de ayer, en este blog o cada vez que hablemos o nos veamos, seguiremos no solo recordando cosas, sino viviendo nuevas "aventuras".

Angón en Asturias. Descenso del Sella.

(Por favor, léase este artículo con entonación de comentarista radiofónico de eventos deportivos en directo).

Diciembre de 1999. Un reto. Descender el Sella. Cinco componentes del Angón F.S. admiten el desafío. Las gélidas aguas del famoso río asturiano recorren impetuosas su cauce. Llevan siglos acudiendo con ansia a su cita con el mar. Se cruzan, se mezclan, forman traviesos remolinos, luchan contra rocas que aparecen en su camino. No tienen miedo, son feroces, indomables, pura fuerza de la naturaleza.

¿Indomables?. Nuestros cinco intrépidos aventureros no están de acuerdo (¿Somos del "Angón" o qué narices somos?). Se dirigen, concentrados, a su cita con el río. No hay palabras, cada uno conoce su misión. Son los tensos minutos que preceden a la hazaña. Cinco gladiadores preparados para luchar contra la fiereza de las aguas y contra su propio destino. Hay silencio mientras se equipan con escarpines y trajes de neopreno y ponen a punto sus armas (palas y canoas). Son conscientes de que si consiguen vencer a los líquidos torbellinos, pasarán a la historia y su valentía les inmortalizará; pero si, por el contrario, fracasan, serán ridiculizados por toda la humanidad y sus nombres (Tomás, Javi, Pedro, Roberto y José Antonio) serán olvidados durante generaciones.
Comencemos por el principio. Para afrontar esta grandiosa odisea el equipo tuvo que someterse a una fuerte preparación física y psicológica. Encerrados en una casa rural de Llanes, entrenaban su mente (torneos de mus, chinos, juegos de letras, resolución de difíciles problemas como entrar en una casa sin llave, etc.) y ponían a punto su cuerpo con pociones mágicas (fabada asturiana que te cagas) elaboradas por Roberto, el druida del grupo (Panoramix, a su lado, un aprendiz), al mismo tiempo que ejercitaban sus músculos levantando vidrios y escanciando sidra en distintas tabernas asturianas.
Y por fin llegó el momento esperado. Hacía frío, pero no llovía. Nuestros cinco valientes habían decidido afrontar su travesía con una estrategia de 2-2-1, es decir: Pedro y Javi irían en la primera y ofensiva piragua reconociendo el río y avanzando entre sus enemigas aguas, Tomás y José Antonio ("Dele") navegarían en una segunda canoa y Roberto se encargaría, en su nave individual, de cubrir la retaguardia. Pronto empezaron las dificultades. El río salvaje no se rendía ante la fuerza del "Angón" y llevaba a sus hombres a una y otra orilla, les hacía girar y retroceder, hubo momentos de peligro, intentaba inundar las frágiles embarcaciones, pero el honor de estos valientes no era una cáscara de nuez cualquiera, tenían voluntad, querían vencer a la naturaleza. Sus palas a veces acariciaban y a veces golpeaban el agua con fuerza. El río se resentía, empezaba a ceder ante los musculosos hombres de hierro del "Angón". Incluso la niebla que cubría el valle se tuvo que retirar y dejar paso a un brillante sol aliado con la fuerza de nuestros héroes. Y así, remando y remando, cruzaban bajo los puentes. No había nadie. Sólo la brisa, los chopos y los cuervos eran testigos de la hazaña. Por fin, en el último tramo, el río fue domado y condujo suavemente a nuestros hombres en su seno hasta las cercanías de Ribadesella. El tren de vía estrecha se asomó entre las rocas de la montaña para saludar a los héroes y confirmar su hazaña. Misión cumplida. Enhorabuena chicos tendréis reconocimiento y admiración para siempre.
Por cierto, ¿sabéis que en Asturias, cerca de los lagos de Covadonga, hay un paraje que se llama "valle de Angón"?.

Dele

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